Oportunidades Económicas de Menos Ruido en Costa Rica

Porqué tiene sentido apostarle a empresas y ciudades con más silencio

oportunidades económicas de menos ruido en costa rica, referente al banco central

Laura C. Blanco, PhD | San José, Costa Rica | Julio 2024

La problemática de la contaminación por ruido es fundamentalmente un asunto económico asociado a las imperfecciones de mercados particulares. Como tales, requieren de la política pública para ser corregidas de forma tal que pueda promoverse un mayor bienestar social. Dicha problemática surge cuando en un mercado ciertas entidades trasladan sus costos de producción a terceras personas que no se encuentran vinculadas de ninguna manera a dicho proceso productivo. Esto es lo que en la literatura económica se conoce como externalidades negativas. Si estas se abordan correctamente, éstas se convierten en oportunidades económicas de menos ruido en Costa Rica.

Las Externalidades del Ruido

Debido a que las personas u organizaciones operan con costos artificialmente inferiores (i.e. no asumen el costo total de su producción), tienen el incentivo perverso de producir contaminación para aumentar su producción. Esto genera un problema tanto de eficiencia como de distribución, pues dichas entidades logran privatizar las ganancias de la contaminación, mientras que terceras partes son víctimas del daño que esta produce sin que se le compense por ello.

Por ejemplo, un restaurante podría evitar invertir en infraestructura para cumplir con los requerimientos mínimos de grosor de paredes e insonorización porque le resulta más barato tener un espacio abierto. De esta manera, el establecimiento traslada sus costos a las personas residentes en sus alrededores, quienes a su vez se ven privadas de sueño o sufren problemas de salud a causa de la exposición permanente y prolongada al ruido del comercio. Similarmente, una compañía ferroviaria podría evitar asumir los costos de señalización y establecimiento de agujas, y en su lugar utilizar una pitoreta mucho más barata, bajo el pretexto que los daños en salud que esta contaminación produce no le afectan directamente, sino que afectan a la población —muchas veces no organizada— que reside a lo largo de las vías férreas.

Este comportamiento también puede asociarse a la competencia desleal, pues la entidad que evade asumir la totalidad de sus costos produce, efectivamente, un escenario de competencia desleal frente a sus competidoras que sí internalizan estos costos en su estructura productiva. Por tanto, contrario a lo que algunos grupos de interés pueden hacer creer, corregir la externalidad no supone la creación de costos adicionales para la empresa contaminante; más bien, lo que hace es asignar el costo a quien contamina para que no sean otras personas quienes lo asuman.

La Solución Parece Simple

La solución a un problema típico de externalidades negativas es simple y consiste en asignar los derechos de propiedad. ¿Tiene el restaurante derecho a contaminar o son las personas quienes tienen derecho a la paz en sus hogares? ¿Tiene el tren derecho a perturbar la vida de la población o es la población quien tiene derecho al silencio?

La legislación existente ya resuelve este problema, pues asigna el derecho a la salud y la paz por encima del derecho de lucro de las empresas. Por ejemplo, la Constitución Política de Costa Rica en su Artículo 50 señala que: “Toda persona tiene derecho a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado”, a la vez que le asigna al Estado la función de procurar por “el mayor bienestar a todos los habitantes del país, organizando y estimulando la producción y el más adecuado reparto de la riqueza”.

No obstante, la legislación y reglamentación actuales son laxas en garantizar este derecho. Los constantes abusos de generación de ruido por parte de entidades lucrativas como individuos particulares generan costos económicos significativos tanto sobre la población víctima de esta contaminación como sobre las instituciones públicas que deben atender los problemas generados por dicho agravio. Por ejemplo, la Fuerza Pública, municipalidades, el Ministerio de Salud y la Defensoría de los Habitantes deben dedicar recursos escasos a la creciente cantidad de denuncias ocasionadas por el ruido.

A su vez, el sistema de salud, tanto público como privado, debe atender el daño a la salud de la población afectada. Como lo ha enfatizado la Organización Mundial de la Salud, el ruido se asocia con problemas de índole psicológica, tales como aumento de la ansiedad, el estrés y la depresión, un menor desempeño cognitivo, o bien de índole física, tales como el aumento de peso, la presión arterial e inflamaciones, mayores riesgos cardio y cerebrovasculares, mayor incidencia de cáncer, etc. Además, una población enferma por el ruido es también una población laboral menos productiva, ya que el ruido y la privación de sueño conllevan a una menor productividad en los estudios y el trabajo.

Altos Costos y Más Impuestos

Existe evidencia de peso respecto a los costos sobre la salud generados por el ruido, así como intentos por cuantificar su valor económico. Al analizar la literatura existente sobre valuaciones económicas del ruido, Navrud (2014, p. 52) concluye que las estimaciones existentes del costo de los daños causados por el ruido en la Unión Europea incluyen costos en bienestar que oscilan entre 15 y 30 libras esterlinas por decibel por hogar por año; pérdidas en plusvalía asociadas a una variación entre 0,08 y 2,30  por ciento en el valor de la propiedad por decibel de exposición al ruido; un costo entre 0,02 y 2,27  por ciento del producto interno bruto.

Al considerar los costos del ruido asociados al transporte, Navrud (2004) estima que, en rangos de ruido entre 55 y 65 decibeles, el valor del daño asciende a 23,5 euros por decibel por hogar por año. Asimismo, una estimación costo-beneficio de la implementación de medidas para la reducción del ruido asociado al transporte en Holanda estimadas entre 1,4 y 2,0 mil millones de euros muestra potenciales beneficios equivalentes a 4,4 y 5,7 mil millones de euros, de forma que los beneficios prácticamente triplican los costos asociados a la reducción del ruido (Nijland et al., 2003).

Estas medidas de contención de ruido tienden a beneficiar a aquellas personas de menores recursos que viven en hogares de menor tamaño y en zonas de mayor exposición al ruido, por lo que políticas de este tipo tienen un efecto redistributivo importante (Nijland et al., 2003).

Presión Sobre Plusvalía

Similarmente, un estudio en Israel encuentra una pérdida en plusvalía de entre 1.2 por ciento y 2.2 por ciento en el valor de la propiedad por cada decibel de exposición al ruido asociado al transporte en carreteras (Becker & Lavee, 2003). En Valladolid, España, se ha encontrado que las personas afectadas por el ruido del transporte están dispuestas a asumir pérdidas en el valor de sus propiedades para trasladarse a residencias que les garanticen silencio, así como aceptar mayores tiempos de transporte a sus lugares de trabajo, pagar mayores precios por viviendas silenciosas o invertir en insonorizar sus viviendas o asumir los costos de realizar denuncias (Martín et al., 2006).

Específicamente relacionado al pito del tren, un estudio en Estado Unidos encontró una pérdida en el valor de las propiedades en barrios residenciales equivalente a 4,1 por ciento por cada 10 decibeles de ruido adicional producto de la pitoreta del tren (Bellinger, 2006).

Los estudios sobre los costos económicos asociados a las actividades recreativas son más escasos; sin embargo, Ottoz, Rizzi & Nastasi (2018) muestran que el ruido afecta el sueño, la vida diaria y la salud de la población cercana a estos lugares en donde los bares y restaurantes producen contaminación por ruido. Estas actividades se asocian con una pérdida sobre el valor de las propiedades debido a una reducción en la demanda que impone un descuento en el precio de la propiedad para compensar la molestia, la pérdida de tranquilidad y la privación de sueño (Ottoz, Pavese & Sella, 2023).

Así, la cercanía a una actividad adicional productora de ruido, dígase bar o restaurante, se asocia a una reducción en el precio de la propiedad de 2,5 por ciento. En aquellos lugares en donde la concentración de actividades nocturnas es alta, i.e. superior a cuatro actividades, el efecto del precio es equivalente a una reducción de 10 por ciento en el precio, que en Turín equivale a una pérdida de 25.300 euros (Ottoz, Pavese & Sella, 2023).

Efecto Sobre La Salud y Productividad

De manera similar, estimaciones para Estados Unidos muestran que una reducción de 5 decibeles en el ambiente en que viven las personas se asocia con una disminución de la prevalencia de hipertensión y de enfermedades cardíacas equivalente al 1,4 por ciento y 1,8 por ciento, respectivamente, lo que implica un beneficio económico anual de 3,4 mil millones de dólares (Swinburn, Hammer & Neitzel, 2015). En este mismo país, se estima que cerca del 13 por ciento de la población empleada sufre de pérdida auditiva y si se lograse prevenir tan sólo el 20 por ciento de aquellos casos ocasionados por una excesiva exposición al ruido, habría un ahorro de aproximadamente 123 mil millones de dólares (Neitzel et al. 2017).

Tal y como se mencionó anteriormente, los daños sobre la salud de una población ejercen presión sobre los sistemas de salud. En el Reino Unido, el incremento en la presión arterial asociada a la exposición al ruido se ha relacionado con tres enfermedades de gran prevalencia en la población: infarto agudo del miocardio, accidentes cerebrovasculares y demencia. Por año, se estima un incremento de 542, 788 y 1169 casos asociados a la hipertensión en cada una de estas enfermedades, respectivamente, como consecuencia de la exposición durante el día a niveles de ruido superiores a 55 decibeles. El costo económico asociado a la atención de estos nuevos casos se estima en 1,09 mil millones de libras esterlinas, siendo que el mayor rubro, 44 por ciento, corresponde a la atención de la demencia (Harding et al., 2013). Otros cálculos de la Organización Mundial de la Salud para el Reino Unido, estimaban la pérdida en utilidad por ruido ambiental en siete mil millones de libras esterlinas por año, de los cuales, 1,83 mil millones correspondían al impacto de las enfermedades cardiovasculares (Harding et al., 2013).

El ruido también se asocia a la pérdida de productividad. Por ejemplo, en Australia, se estima que alrededor de 111.000 personas trabajadoras desarrollarán problemas auditivos por exposición al ruido en sus lugares de trabajo. Esto se traduce a lo largo de la vida en una pérdida de 5,5 mil millones de dólares australianos en pérdidas de bienestar y 21,3 mil millones en pérdidas de productividad (Si et al., 2020).

En conclusión, la adecuada regulación del ruido garantiza un mayor bienestar para la población, aumenta la productividad laboral, crea oportunidades de acumulación de riqueza a través de aumentos en el valor de las propiedades, años de calidad de vida, mayor rentalibilidad, eficiencia fiscal, y menores cargas sobre los sistemas de salud.

Referencias

Becker, N. & Lavee, D. (2003) The benefits and costs of noise reduction. Journal of Environmental Planning and Management, 46 (1), 97-111. http://dx.doi.org/10.1080/713676703.

Bellinger, W. (2006) The economic valuation of train horn noise: A US case study. Transportation Research Part D, 11, 310–314. https://doi.org/10.1016/j.trd.2006.06.002.

Harding, A-H., Frost, G.A., Tan, E., Tsuchiya, A. & Mason, H.M. (2013) The cost of hypertension-related ill-health attributable to environmental noise. Noise & Health, 15 (67), 437-45. The cost of hypertension-related ill-health attributable to environmental noise. https://doi.org/ 10.4103/1463-1741.121253.

Martín, M.A., Tarrero, A., González, J. & Machimbarrena, M. (2006) Exposure–effect relationships between road traffic noise annoyance and noise cost valuations in Valladolid, Spain. Applied Acoustics, 67, 945–958.

Navrud, S. (2004) The economic value of noise within the European Union – A review and analysis of studies. https://www.researchgate.net/publication/253226205

Navrud, S. (2014) The state of the art on economic valuation of noise. https://www.researchgate.net/publication/254318936

Neitzel, R.L., Swinburn, T.K., Hammer, M.S. & Eisenberg, D. (2017) Economic impact of hearing loss and reduction of noise-induced hearing loss in the United States. Journal of Speech, Language and Hearing Research, 60 (1), 182-189. https://doi.org/10.1044/2016_JSLHR-H-15-0365.

Nijland, H.A., Van Kempen, E.E.M.M., Van Wee, G.P. & Jabben, J. (2003) Costs and benefits of noise abatement measures. Transport Policy, 10, 131–140.

Ottoz, E., Pavese, P. & Sella, L. (2023) The effect of Movida on residential property prices: up or down? Applied Economics, 55:55, 6504-6519. https://doi.org/10.1080/00036846.2022.2159008.

Ottoz, E., Rizzi, L. & Nastasi, F. (2018) Recreational noise: Impact and costs for annoyed residents in Milan and Turin. Applied Acoustics, 133, 173–181.

Si, S., Lewkowski, K., Fritschi, L., Heyworth, J., Liew, D. & Li, I. (2020) Productivity burden of occupational noise-induced hearing loss in Australia: a life table modelling study. International Journal of Environmental Research and Public Health, 17 (13), 4667. https://doi.org/10.3390/ijerph17134667

Swinburn, T.K., Hammer, M.S & Neitzel, R.L. (2015) Valuing quiet: an economic assessment of U.S. environmental noise as a cardiovascular health hazard. American Journal of Preventive Medicine, 49 (3), 345-353. https://doi.org/10.1016/j.amepre.2015.02.016.

31 julio 2024 | by Laura C. Blanco, PhD