Con Árboles Sí Hay Paraíso: Ventajas de los Árboles Urbanos
Diez razones para promover más árboles en tu barrio y tu ciudad
Bienvenidos al principio de la visión futurística de Un Mundo Feliz del novelista británico Aldous Huxley. La trama comienza el Centro de Incubación y Condicionamiento (CIC). Éste es un edificio para la tecnofactura de bebés en cápsulas de vidrio, y es también el lugar para la programación neuronal de tales futuros ciudadanos.
Entre sus diversas particularidades, el Centro cuenta con un amplio salón vacío sin más que pétalos y páginas de libros esparcidos por el suelo. ¿Para qué? El aposento resulta ser el punto de terapia inversa para los infantes: después de permitirles durante algunos minutos gatear a la libre e interactuar con los pétalos y con las páginas, los Controladores encienden una música infernal a todo volumen.
La consecuencia, por supuesto, son gritos y llantos. Invadidos por el miedo, los bebés aprenden de esa forma a asociar los pétalos y las páginas con lágrimas siniestras y con emociones asquerosas. Los condicionan así a odiar la naturaleza y los libros.
“Las primaveras y los paisajes” reconoce Huxley de manera satírica a través de uno de sus personajes villanos, “tienen un gran defecto: son gratuitos. El amor de la naturaleza no mantiene a ninguna fábrica ocupada.”
La razón detrás de infundir odio hacia los pétalos y las páginas se vuelve más evidente conforme avanza la trama. Para lograr controlar a las masas, condicionándolas a trabajar y consumir enfrascados un supuesto paraíso artificial, los Controladores tienen que alejar a los Controlados de la naturaleza. Y tienen también que enseñarles a odiar la ciencia, la poesía, y la lectura. Castran y sedan así la imaginación de sus súbditos.
“El amor de la naturaleza no mantiene a ninguna fábrica ocupada.”
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¿Hasta qué punto nuestras ciudades brillantes con luces de neón, pero calientes y deforestadas, se asemejan a ese supuesto Paraíso Feliz? Y ¿cómo podemos revertir ese mundo artificial, hoy que vivimos rodeados cada vez más de plástico y concreto y más pantallas?
Puesto de otra manera: ¿Será que con árboles sí hay paraíso? ¿Cuáles son las ventajas de los árboles urbanos en nuestros hogares y vecindarios?
En este artículo exploramos las principales razones para aumentar la cobertura verde en nuestros barrios y ciudades.
Al final, terminamos con una lista de organizaciones a contactar para conseguir los árboles o arbustos adecuados para el lugar en donde sea que estés en Costa Rica.
Diez Razones para Sembrar Árboles (y Arbustos)
Existen al menos diez ventajas de los árboles urbanos que demuestran porqué todos los propietarios y municipalidades deberían sembrar árboles nativos como prioridad.
01. Aumentan el valor de propiedades
Según la revista Money.com, las propiedades con árboles sanos tienen un valor entre un 3,5 y un 15 por ciento mayor que propiedades sin ellos. (Como es de esperarse, entre más maduro el árbol, mayor el precio.)
¿Las razones principales? La primera y más obvia, la presencia estética. Sin más ni menos, los árboles simplemente se ven bien. Le dan mayor prestigio a un espacio proporcionándole cierta majestuosidad. Un árbol maduro es sinónimo de cuidado y, sobre todo, de largo tiempo de crecimiento —algo que ninguna suma de dinero puede acelerar—. También, los árboles adecuados en el lugar correcto crean espacios de estar. Hacen que un balcón sea más privado, o que un jardín sea más placentero. Tercero, los árboles traen confort y también ahorros importantes —lo cual le da lugar a la siguiente ventaja—.
02. Reducen la factura de electricidad
Con el aumento de temperaturas por las disrupciones climáticas, cada vez más necesitaremos vivir y trabajar en lugares más frescos. Y ante ese escenario, por su puesto, lo primero que viene a la mente es acudir al aire acondicionado. (Recordemos que los gases refrigerantes, conocidos como HFCs, tienen un potencial de calentamiento hasta 14.000 veces mayor que el del dióxido de carbono.)
Además, el aire acondicionado implica un gasto significativo en la factura eléctrica. Por ejemplo, el Centro para Investigación de Bosques Urbanos determinó que tan sólo un árbol en la cara oeste de una casa puede reducir la factura eléctrica entre un 3 y un 12 por ciento. Por su parte, el Departamento de Agricultura de EEUU calcula que la sombra de un árbol en el lugar correcto refresca lo equivalente a encender 10 aires acondicionados por 20 horas diarias.
Por eso es que arquitectos de vanguardia utilizan estrategias de ‘diseño pasivo’ con ‘infraestructuva viva’. Los árboles traen ahorros y beneficios que van más allá de consideraciones estéticas.
03. Proporcionan confort térmico
Relacionado a esto, casas de habitación y oficinas pueden beneficiarse de temperaturas más frescas; así como parques, aceras, y los peatones que sobre ellas transitan. Ante el calentamiento global —en gran parte fuera del control de Costa Rica—, urge adaptarse a las nuevas condiciones bioclimáticas. Sobre todo en barrios y ciudades, ya que tanto el concreto como el asfalto absorben, y luego irradian, el calor del sol. Bien lo dijo Bladimir Merino: “El calor que nos sobre se debe a los árboles que nos faltan.”
Otra ventaja de los árboles urbanos es que contribuyen al refrescamiento y confort térmico en pequeña escala —algo que podríamos llamar ‘micro-refrescamiento local’—. Como lo evidencia el Centro para la Sostenibilidad Urbana en Costa Rica, los espacios urbanos con árboles son considerablemente más frescos y agradables (ver aquí y aquí). La cobertura verde bien se está convirtiendo cada vez más en una medida de sobrevivencia. Por eso necesitamos fomentar, aumentar, y fortalecer los hábitats naturales urbanos.
04. Sirven de barrera natural contra el ruido
Me permito una anécdota. Alrededor del año 2000, vivía yo en Trejos Montealegre, un barrio separado de la autopista General Cañas por una franja de árboles llamados ‘porós gigantes’, árboles inmensos de más de 20m de altura. La franja, por su parte, tenía unos 20-30 metros de espesor.
Conforme el lugar se fue urbanizando (léase Walmart, Torre del Banco General, y otros edificios empresariales), de la noche a la mañana talaron decenas de decenas de árboles. El contraste del antes y el después fue evidente. De repente, desde mi apartamento se escuchaban los pitos y el retumbo incesante de la autopista, a pesar de estar a más de 250 metros de distancia. Antes de eso, el sonido de los carros era sutil, prácticamente imposible de percibir. Pero la tala indiscriminada y el llamado ‘desarrollo’ urbano arrasaron a sangre fría con los guardianes del silencio.
De acuerdo investigaciones resumidas por la organización británica Green and Blue, fajas de 15-30 metros de ciertos tipos de árboles y arbustos pueden reducir el ruido ambiente entre 5-10dB. (Esto sonará insignificante, pero 5 decibeles marcan la diferencia entre dormir y no dormir, ya que la afectación del ruido es logarítmica).
Para que la barrera natural sea efectiva, los árboles deben de cumplir ciertas condiciones:
- Medir menos de 10 metros de altura (de lo contrario el sonido se ‘cuela’ por los troncos,
- Plantarse cerca entre sí para que haya suficiente densidad,
- Estar ubicados lo más cerca posible de la fuente de ruido (idealmente a menos de 15 metros, según el USDA).
05. Potencializan la reactivación económica
Los espacios urbanos más frescos y silenciosos llevan también a crear lugares más atractivos para los habitantes y visitantes en general. Esto conduce a que las calles y ciudades arboladas favorables para la reactivación económica a través de restaurantes, terrazas, ‘camiones de comida’ y demás.
Al utilizar especies nativas apropiadas para diferentes espacios, municipalidades y dueños de propiedades tienen la posibilidad de transformar junglas de concreto en ambientes más acogedores y agradables para las personas.
06. Entretejen dióxido de carbono y purifican el aire
Es sabido que Costa Rica se ha fijado la meta de ser carbono neutral para el año 2050. Con esta meta país, se elaboró el Plan Nacional de Descarbonización. Las acciones de este programa se enfocan principalmente en transformaciones de la flotilla vehicular. Esta es una de las principales fuentes de emisiones de CO2 del país.
Sin embargo, el plan no prioriza otras estrategias de amortiguamiento y adaptación a las disrupciones climáticas. Esto incluye la gestión del paisaje natural, la arborización urbana, y la conectividad ecológica en el contexto urbano.
La cantidad de CO2 que pueden entretejer (o ‘fijar’) los árboles en las ciudades de Costa Rica es mínima. Sin embargo, el aporte no debe despreciarse. Mal que bien, los árboles tienen la capacidad de purificar el aire en su contexto inmediato y de crear a la vez un efecto ‘de puente’ (o canopy, como se le conoce en inglés). Esto fomenta la interconectividad y regeneración de los corredores biológicos aledaños y fomenta la protección de la biodiversidad.
En lugar de ser parches de concreto, los parques, barrios y aceras debidamente arborizados ayudan a entrelazar bosques y biorregiones a su alrededor. De esa forma, contribuyen a la estabilidad del ecosistema más amplio en el que se encuentran.
07. Ayudan a evitar deslizamientos e inundaciones
Dice la canción de la canadiense Joni Mitchell: “We paved paradise and put up a parking lot” (pavimentamos el paraíso y construímos un estacionamiento). Y la pavimentación nos está saliendo cara: Además de afear los espacios y calentar la temperatura ambiente (el concreto absorbe el calor del sol), la deforestación en los barrios y ciudades significa menos capacidad de absorber el agua de las lluvias, aumentando el riesgo de inundaciones.
Por el contrario, los barrios y ciudades debidamente reforestados funcionan como ‘esponjas naturales’. Los árboles se ‘chupan’ la lluvia que de lo contrario corre a la libre por calles y alcantarillados. A través de la osmosis y la evapotranspiración, los árboles succionan y mueven grandes cantidades de agua. En parte la consumen para sí mismos, pero también la liberan a través de sus hojas en forma de vapor. Esto regula el ciclo hidrológico, ayuda a evitar inundaciones cuesta abajo, y garantiza también que los suelos permanezcan sanos por más tiempo.
Otro galardón más: los árboles son aliados por excelencia contra las disrupciones climáticas.
08. Fomentan la biofonía
¿Quién en su sano juicio prefiere sentarse en una calle transitada con muflas y humos, en vez de una zona verde tranquila acompañada del cantar de las aves, las ranas, y los grillos? Los sonidos de las criaturas —la ‘biofonía’— nos hace bien. Los amaneceres en la playa, los fines de semana en una cabina en media montaña, los domingos las 6:00am cuando todo está en pausa, las caminatas a Pico Blanco o Cerro Pelado, las noches de pandemia sin la bulla del tráfico… los árboles son protagonistas en todos estos contextos.
Por eso, las ciudades de vanguardia se revisten del verdor de los árboles y de sus lianas. Y se ambientan también con la música insuperable de la naturaleza. Los árboles son el hogar y el ‘supermercado’ de miles de aves, animales, e insectos. Y como tales, son también el ‘anfiteatro’ desde el cual estas criaturas ofrecen serenata, sin costo alguno.
09. Crean ciudades comestibles
Dada la realidad actual, los arbustos y árboles frutales tienen el potencial de contribuir al desarrollo urbano responsable. De hecho, los árboles frutales son clave para alcanzar una mayor soberanía alimentaria de la población urbana. Esto aplica en especial para las poblaciones más vulnerables.
Otra ventaja de los árboles urbanos es que suministran alimentos locales frescos y nutritivos a muy bajo costo. Además, mejoran la salud y crean franjas verdes que protegen la biodiversidad y estimulan el desarrollo económico local, reduciendo la dependencia del mercado global de alimentos.
¿Cuáles árboles y arbustos frutales se dan bien en la biorregión en la que se encuentra Costa Rica? Entre los principales: el aguacate, el cas, la guayaba, la papaya, la anona, la guanábana, el limón mesino, el limón mandarina, la pitanga, la guayabita del Perú, el maracuyá, el níspero, la manzana de agua…
Sumado a todo lo anterior, los arbustos y árboles frutales en el contexto urbano y periurbano impulsan una sana ‘remunicipalización’. Con fuentes de alimentos más cercanas al lugar donde se consumen, creamos ciudades más compactas, productivas, rentables, sanas y autosuficientes. ¿Qué mejor que alimentarse sin depender del diésel y la gasolina para transportar frutas frescas —y de paso ahorrarse el humo y el ruido de camiones y furgones—? Back to the very basics.
Por estas razones, los árboles frutales son los protagonistas de ciudades comestibles.
10. Mejoran la salud mental
Mucho se ha dicho respecto a la importancia del silencio para la salud y al llamado ‘déficit de naturaleza’ que sufrimos. El Mundo Feliz nos rodea de pantallas, perfumes, y todo tipo de luces de neón. Pero no reemplaza la energía positiva de estar rodeado de la flora en todo su esplendor.
Más allá del criterio de médicos y psicólogos, la experiencia personal es prueba de lo ciencia sólo viene a confirmar. Estar en contextos naturales nos hace sentir bien. La naturaleza calma y regenera. Una caminata en un bosque le reduce el mal genio a cualquiera; sentarse en un parque después de almuerzo predispone a rendir mejor el resto de la tarde.
¿Cuáles Árboles Sembrar y Dónde Conseguirlos?
Importante: al considerar las ventajas de los árboles urbanos, debemos tener claro que no todos los árboles son adecuados para todos los contextos y propósitos. Por ejemplo, algunos árboles levantan aceras, mientras que otros no.
Dichosamente, en Costa Rica existen varias organizaciones promueven el reverdecimiento de nuestros barrios y ciudades. Contactálas para que te ayuden a escoger los árboles y arbustos más apropiados. Estas son algunas recomendaciones de quien contactar para saber cuáles árboles sembrar, cómo y dónde:
- Árboles Mágicos
- Enanas Verdes
- Guardián del Bosque
- Qué Ciudad
- Pro Nativas
- Río Urbano
- Rutas Naturbanas
- TevuCR
Terminanos con una ilustración resumiendo las ventajas de los árboles urbanos en nuestros barrios y ciudades…
Créditos de fotos: @nati_dibuja